

UN DRAMA PARA LA HUMANIDAD
La dura lucha contra el tabaco
La OMS reconoce al tabaquismo como uno de los más grandes problemas de salud pública de la humanidad y para combatirlo ha lanzado una línea "dura", basada en el control de la publicidad, el aumento de los costos para las tabacaleras y la prohibición de fumar en lugares públicos, entre otras medidas.
No hay dudas que la industria tabacalera no es la única que obtiene su rentabilidad a costa de la salud pública.
Claro que son muchas las razones que convierten a la disminución drástica del consumo de tabaco, en todo el mundo, en un objetivo posible y deseable, que podría evitar una gran cantidad de muertes prematuras y de mejora de la calidad de vida.
Una, argumentada por la línea más "dura" de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en este sentido, es que durante el siglo XX hubo 100 millones de muertes atribuibles a las enfermedades asociadas al tabaquismo que, según se ha comprobado, a través de infinidad de estudios científicos, son más de 40, incluyendo las insuficiencias cardiovasculares y renales, el cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Y, según se prevé, en este siglo que se inicia se llevaría hasta 10 veces más vidas, a menos que, iniciativas a nivel internacional, como el Convenio Marco de Regulación del Tabaco (CMRT), logren el suficiente compromiso de parte de las autoridades sanitarias de todos los países, como para dar buenos resultados.
Actualmente fallecen 5,4 millones de personas por año por enfermedades atribuibles al consumo de tabaco.
Según la doctora Verónica Schoj, coordinadora nacional de la red Aliar (Alianza Libre de Humo Argentina), el 16 por ciento de los fallecimientos que se dan en la Argentina se deben a causas atribuibles al cigarrillo.
En los varones, la proporción es aún un poco mayor: uno de cada cinco se muere por estas causas.
Esta ONG es una de las principales impulsoras de las políticas antitabaco promovidas por el consenso científico Mpower, creado a instancias de la OMS, y del CMRT, un convenio suscripto a nivel gubernamental por 164 naciones del mundo.
Uno de los rasgos sobresalientes de su militancia es la idea de que las medidas "conciliadoras" o "leves" --como, por ejemplo, separar los espacios para fumadores y no fumadores en locales y espacios públicos, en lugar de establecer espacios, "100% libres de humo"-- no ayudan sino, más bien, tienen un efecto contrario.
A medias, no
Schoj explica que este tipo de medidas son, inclusive, promovidas por la propia industria tabacalera, cuyo objetivo manifiesto es aumentar el consumo de cigarrillos, minimizar la legislación restrictiva y evitar la responsabilidad jurídica por las enfermedades y las muertes que genera el producto que comercian.
Para ello, además de usar la publicidad y el marketing en todas las formas conocidas, como cualquier otra empresa comercial, las tabacaleras han promovido sus propias políticas alternativas, para que los cambios propuestos por el CMRT y la OMS sólo se implementen a medias.
Mostrando gráficos sobre cuánto menos se fuma en los países donde se aplicó una severa legislación antitabaco, Schoj señala entre esas estrategias "blandas" a la llamada "política de convivencia armónica" --"Living in armony"-- entre fumadores y no fumadores, la promoción de purificadores de aire para los espacios para fumadores, la idea de que la prohibición de fumar disminuye las ganancias de bares y restaurantes e, incluso, campañas de educación antitabáquica financiadas por las propias fábricas de cigarrillos.
Las causas sociales
"Nos iniciamos en esto ayudando a la gente a dejar de fumar, pero nos fuimos dando cuenta de que hay algo en la sociedad en su conjunto que hace que la gente no pueda superar su adicción".
Esto lo afirmó el cardiólogo uruguayo Eduardo Blanco, director del CMRT para América Latina, quien aseguró que en los países donde hay una legislación, los médicos también se comprometen con esta causa.
Para Blanco, buscar que se retrase la edad en que el chico toma el contacto con el primer cigarrillo también es importante para evitar la adicción.
"Es que biológicamente el cerebro es mucho más propenso a desarrollar una adicción cuando se prueba el primer cigarrillo en la preadolescencia que si se lo hace a los veinte años", dijo.
En lo que todos estos especialistas coinciden es en que prohibir el cigarrillo no tiene sentido y en que uno de los puntos centrales sería el desafío de reconversión de la industria tabacalera, es decir, de qué vivirán quienes hoy se dedican a producir y vender cigarrillos.
Justamente, es de suponer que la importancia de la industria tabacalera en la Argentina, especialmente en algunas provincias del Norte, es una de las causas que han hecho que la Argentina no haya ratificado el convenio internacional.
A pesar de eso, varias provincias y municipios han implementado medidas concordantes con esta línea.
Medidas claves
Estas son, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las medidas políticas que han demostrado reducir efectivamente el consumo de tabaco y, por consiguiente, las cifras de enfermedades asociadas y muerte asociadas a esta causa, son las seis que siguen:
Son las que aconsejan seguir, a través de la iniciativa "Mpower".
* Controlar el consumo de tabaco y evaluar el impacto de las políticas de prevención del tabaquismo.
* Proteger a los fumadores pasivos.
* Facilitar la ayuda para que todos los fumadores puedan abandonar el hábito.
* Realizar una tarea de prevención y educación sobre los daños que causa el humo del tabaco, basada en imágenes "gráficas e ilustrativas" a través de los medios de comunicación.
* Prohibir la promoción de la industria tabacalera, desde la publicidad de cigarrillos hasta las campañas de imposición de marca que las empresas hacen a través de acciones de "responsabilidad social empresaria".
* Incrementar el precio de los cigarrillos y los impuestos a la industria tabacalera.
Opinión
Imágenes
Los paquetes de cigarrillos deberían mostrar imágenes de dientes amarillentos, encías ennegrecidas, tumores de cuello y hemorragias cerebrales para alertar a los fumadores de los riesgos que acarrea su hábito.
Más de 20 países, incluidos Gran Bretaña, Irán, Perú y Malasia, ya emplean advertencias visuales en sus productos con tabaco.
Aunque algunas personas cuestionan la necesidad de estas fotos, la evidencia es absolutamente clara respecto de que convencen a las personas de abandonar.
No debemos olvidar que fumar causa accidentes cerebrales.
Las imágenes deberían imprimirse sobre los envases de productos de tabaco y sobre las pipas de agua, una forma muy popular de consumo de tabaco en Oriente Medio,
En definitiva, el disgusto, el temor, la tristeza o la preocupación por las advertencias puede desalentar el tabaquismo.
La industria del tabaco se opone a las alertas visuales porque las considera una amenaza para sus ganancias.
El doctor Douglas Blettcher , autor de este comentario, es jefe de la Iniciativa Librarse del Tabaco de la OMS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario